Con la primera luz del alba, las fincas SIERRAMAR empiezan a despertar. El reflejo en los frutos de la incipiente luz solar que se filtra entre las ramas y hojas de los árboles ofrecen un espectáculo de color, configurando una imagen casi mágica. Es en ese momento cuando las cuadrillas llegan puntuales y preparadas para iniciar su labor. El capataz da las primeras instrucciones y explica el plan de trabajo del día. Ágilmente, sus integrantes se disponen a desplegar las cajas para la recogida. Una vez dispuestos, escuchan las últimas órdenes para que nada falle y comienzan su labor.
La elección del momento del corte
El trabajo de recolección es una tarea de gran importancia e influencia en la calidad final de la fruta SIERRAMAR. Comienza con la elección del mejor momento para el corte, una vez se ha evaporado el rocío. La habilidad de los operarios, que cuentan con gran experiencia y conocimiento, es fundamental, Desde una buena elección de la fruta a una correcta manipulación de la misma para evitar golpes o desperfectos son algunas de las capacidades con las que deben contar, adquiridas durante años de experiencia en la realización de su trabajo.
Una labor de expertos
La especialización, como en cada área de la empresa, es clave. Las cuadrillas cuentan con expertos para la realización de cada tarea. Entre ellos destacan los montoneros, que son los encargados de hacer los primeros descartes de producto para, posteriormente, colocar correctamente los cítricos en sus respectivas cajas. Amontonadas, quedan listas para su carga en los camiones de campo. Nuevamente, el orden y la organización vuelven a ser fundamentales en el proceso.
Garantía de frescura
No hay tiempo que perder para garantizar la frescura de los cítricos SIERRAMAR. Las cajas son colocadas en el vehículo a través de una cadena humana perfectamente coordinada y en la que la comunicación es fundamental. Una vez cargadas, son rápidamente transportadas a la planta de envasado.
Seguridad ante todo
La seguridad de los trabajadores es prioritaria también en el campo. La utilización de equipos de protección individual (EPI's) es obligatoria para todos los empleados. Los guantes previenen lesiones al manipular herramientas y cultivos; unas gafas especiales evitan sufrir daños oculares por ramas o pequeñas partículas; y las botas aíslan a la vez que evitan aplastamientos del pie por caída de cajas u otros elementos.